LA FILUMINIA
Filuminia es la afición a coleccionar envases de fósforos; y filuministas quienes cultivan ese cautivador pasatiempo.
Se asegura que hasta el 7 de abril de 1827 encender un tabaco, un cigarro, una pipa o una simple hornilla casera era tarea nada fácil, ya que no se habían inventado aún los fósforos o cerillas que arden por frotación, tan utilizados en la actualidad.
En ese año el químico inglés John Walker ideó colocar en el extremo de un palillo de madera una mezcla de clorato de potasio, goma y antimonio, que al frotarse contra una superficie áspera se inflamaba al momento. La innovación se extendió rápidamente y pronto aparecieron fabricantes en todo el orbe.
Pero los fósforos primitivos eran muy peligros, pues podían arder espontáneamente a causa del calor o de cualquier roce. Además, no se vendían en las cajitas de cartón que hoy conocemos y para llevarlos en los bolsillos el fumador debía emplear cualquier envase más o menos apropiado.
Hacia 1840 comenzaron a salir al mercado envases diseñados especialmente para llevar y encender los fósforos. Estos no eran más que cajitas de rapé modificadas a las que al fondo o un costado se le adosaba un trozo de papel de lija o esmeril.
Después comenzaron a fabricarse más lujosas y sofisticadas, de las formas más variadas y de diversos materiales, incluyendo las de oro, plata y otros metales, con relieves, superficies grabadas y hasta incrustaciones de piedras preciosas.
Orlando Arteaga Abreu.